Semana 35
Todos los padres lo saben: los niños de ahora son más listos que los de antes. La propia ciencia lo avala: hace veinte años los diferentes tests de inteligencia registraban para el alumno común un resultado en torno a los 100 puntos pero actualmente son casi 120. En menos de dos décadas se ha ganado una quinta parte de inteligencia. ¿Continuaremos, pues, afirmando que la especie se degrada, que la sociedad se empobrece y que el saber va de mal en peor? Los niños resultan ser más inteligentes porque crecen en un entorno más diverso y repleto que les enriquece tanto como les exige ser más sabios. Las intrigas de los telefilmes o los videojuegos multiplican al menos por tres el grado de complejidad que veíamos, hace treinta años, en las series de TVE. Frente al repetido diagnóstico de los adultos empeñados en descalificar a los adolescentes porque no leen, se opone la evidencia de que el conocimiento no se obtiene ya en las profundidades de la cultura escrita sino en las superficies