Capítulo 17


1. Localización

El texto objeto de comentario pertenece a Francisco de Quevedo. En su obra literaria, Quevedo retuerce, estiliza, amontona, deforma, contorsiona  y crea imponiendo su voluntad. Es el maestro del conceptismo y el concepto puede ser un juego de palabras o agudeza de ingenio. En este poema se basa en asociaciones de conceptos (envejecimiento, decadencia económica) con elementos concretos para expresar una idea (la naturaleza, la habitación)

2. Plano de contenido

Los muros derruidos o una casa destrozada simbolizan un imperio en decadencia y un cuerpo envejecido.

Concepción pesimista de la vida, el glorioso imperio español se desmorona. La voz poética habla de la patria que se derrumba, de la casa en ruinas y de un poeta viejo y cercano a la muerte. 

El soneto avanza por distintos espacios, la patria en el primer cuarteto, la naturaleza en el segundo cuarteto y el espacio interior en los tercetos, la casa y la habitación. 

3. Plano de la forma

El poema destaca por su isosilabismo, es decir, todos los versos presentan la misma medida: son endecasílabos. Quevedo emplea el soneto, dos cuartetos y dos tercetos, con rima consonante, que sigue el esquema ABBA ABBA CDE CDE.

La sintaxis del texto es sencilla, pues abundan las oraciones simples y cortas, coordinadas y yuxtapuestas. 

Destaca el empleo del sustantivo y del verbo. En cuanto a los sustantivos, aparecen sustantivos abstractos (patria, edad, muerte) y sustantivos concretos (muros, habitación). Todos estos sustantivos funcionan como símbolos. Respecto a los verbos, predominan los tiempos del eje temporal del pasado (miré, entré) en primera persona del singular, lo que denota subjetividad.

La función del lenguaje que prevalece es la poética, junto con la expresiva, es decir, el texto se enfoca hacia la propia expresión del mensaje y hacia la manifestación de los sentimientos del emisor. Se han llevado a cabo una serie de procesos estéticos que lo han convertido en un mensaje poético. 

En cuanto a las figuras literarias, encontramos paralelismo en el verso inicial de los dos cuartetos y el primer terceto (miré los muros, salime al campo, entré en mi casa), encabalgamientos  (el sol bebía/los arroyos del hielo desatados), hiérbaton (vencida de la edad sentí mi espada), antítesis (sombra-luz), personificación (el sol bebía, hurtó) y un claro predominio de la metáfora.

La presencia de figuras literarias, el uso de la primera persona y el léxico valorativo permiten afirmar que el significado connotativo predomina sobre el denotativo.

5. Coherencia y cohesión

La coherencia y la cohesión quedan garantizadas por diversos mecanismos lingüísticos (sintaxis correcta y coherente, relaciones semánticas entre palabras y la progresión temática). 

5. Conclusión

Se trata de un soneto clásico barroco, escrito por Francisco de Quevedo, poeta madrileño del siglo XVII, escritor de composiciones poéticas, Sueños y de obras en prosa, como El Buscón. Padre del conceptismo, Quevedo se preocupa por el contenido, con complejas metáforas y austeridad expresiva, ingenio  y un destacado pesimismo propio de esta etapa de desconfianza y desengaño. 

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